“Con
tanta estimulación, tanta invasión de ruidos ajenos, ahogamos el asombro
necesario para que el niño y luego el adolescente puedan interiorizar
los aprendizajes, profundizar en los conocimientos, escuchar, acoger,
estar atentos a las necesidades ajenas, mirar a los ojos, pensar en las
consecuencias de sus acciones, discernir, ponderar, reflexionar sobre el
sentido de lo que se hace…Para dar marcha atrás , este niño o este
adolescente debe reencontrarse con el silencio.”
Catherine L’Ecuyer (Educar en el asombro)(Leer más)
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